El 22 de noviembre de 2014 alquilé un lugar en el centro de la ciudad, con la única intención de disfrutar Málaga. Fue un día especial para mí pero no había hecho ningún plan de antemano. Sé que cuando estás en Málaga, siempre hay algo que descubrir… así que simplemente me dejé llevar por la ciudad.
Recordé que había un lugar que tenía ganas de visitar pero que todavía no había tenido tiempo para pararme y mirarlo correctamente. Se trata de unas nuevas excavaciones arqueológicas que están realizando cerca del Hotel Marriot (comúnmente conocido como Málaga Palacios). Decidí llegarme temprano por la mañana, y la vista valió la pena. Se puede ver la parte superior del muro portuario de la ciudad. Sí, el mismo muro que ha estado allí durante cientos de los años y que definía el límite de la ciudad hacia el mar. Esto es una de las historias que explicamos en nuestro “Le Grand Tour”, y finalmente he tenido la posibilidad de verlo en directo.
Contento por haberlo visto, continué por Calle Larios para ver cómo estaban quedando las luces de Navidad. Son prometedoras, ya que parecen una catedral de luz. Será maravilloso cuándo esté encendido, seguro.
Alcanzamos la Plaza de la Constitución y encontramos gente realizando arte callejero. Pintores de grafiti estaban adaptando viejas pinturas de siglo XIX a nuestros días. Se trataba de un evento apoyado por el Museo Carmen Thyssen.
Mi pareja me aconsejó entonces tomar un masaje en un hammam. ¿Y por qué no? En seguida hicimos una reserva para más tarde esa mañana. Mientras tanto, encontré algo que hacer. Yo tenía otro lugar que quería ver en Málaga de hace mucho tiempo. Era el Museo Jorge Rando, un famoso artista expresionista de Málaga, y que ha inaugurado un nuevo museo que todo el mundo me decía que tenía que visitarlo, así que nos dirigimos a él.
El edificio era un viejo convento, ahora restaurado y convertido en un museo. Fue una verdadera sorpresa pero no pudimos entrar al final ya que el personal nos dijo que había un concierto de coro en la capilla del museo (de hecho, esto era la capilla del convento original) y nos fuimos allí. Descubrimos esta capilla y oír el coro, lo que normalmente se repite todos los sábados por la mañana. Disfrutamos con el concierto, y descubrimos cantos renacentistas, canciones rumanas, y un repertorio interesante y surtido dentro de esta agradable y pequeña capilla.
Posteriormente nos dirigimos al Hammam. Nunca había estado en éste. Conocía el Hamman Al-Andalus, que me encanta, pero esta es otra clase de experiencia, también recomendable. Este se llama Hammam Open Spa. Nos dimos un masaje completo de una hora, además de disfrutar por el Hammam, como tumbarnos encima de una piedra de mármol caliente que tengo que decir, fue algo que me gustó bastante.
Relajado y sintiéndome bien, nos dirigimos a almorzar. Me apetecía descubrir un nuevo lugar, ya que ese era el lema del día, y nos topamos de golpe con este lugar, un pequeño bar de tapas donde todo lo que comimos estaba delicioso. Se llama “El Carpintero”, en Calle Beatas, no fácil de encontrar, pero totalmente recomendado.
Después del almuerzo, ¿qué hacer en España mejor que una siesta? Y si tienes la posibilidad de tener tu cama a la vuelta de la esquina, esto es un lujo total. En nuestro camino pasamos por el Teatro Cervantes, y había una obra interesante esa noche, así que compramos las entradas para verla.
Una vez levantados de la siesta, nos vestimos para la tarde-noche. Oímos que había una procesión extraordinaria ese día de una imagen muy querida, el Cautivo. Por las noticias decían que 100.000 personas habían ido a verlo, pero pensamos que de todos modos valía la pena ir a verlo. Antes de tomar el camino hacia la procesión, y a la vuelta de la esquina, comimos algo en una cafetería con muffins caseras (¡quién puede resistirse!), y que están tan de moda estos días.
La procesión estaba, como esperábamos, abarrotada, pero tuvimos la posibilidad de verla desde un lugar no muy lejano. No es una cosa que me vuelva loco, pero tengo que reconocer que se monta un verdadero espectáculo.
Una vez que la vimos, me acordé que todavía teníamos la posibilidad de ver la presentación de un libro realizado por un colega arquitecto. Su nombre es Luis Ruiz Padrón. En mi opinión hace unos de los dibujos más bonitos sobre Málaga. El libro es sobre sus dibujos por todas las partes de la ciudad, y finalmente tuve la posibilidad de verlo y comprar el libro. No pude quedarme la presentación entera, ya que tuvimos que salir pronto para el teatro.
Entrar en el Teatro Cervantes, el teatro más importante de la ciudad, es siempre un placer. Su elegancia e importancia hacen que te sientas bien con sólo entrar al espacio principal. Pero la obra nos sorprendió gratamente. Una nueva versión de “Las amistades peligrosas”, famosa por la película de Hollywood protagonizada por Glenn Close, John Malkovich y Michelle Pfeiffer. En esta versión española, los actores estaban bastante bien, pero lo más sorprendente era la escenografía. Era bastante moderna; estaban todos los actores al mismo tiempo en el escenario hablando unos con otros. Tocaban también instrumentos en directo y en algún momento, se encontraban todos tocando como si fueran una banda de rock. Me encantó, fue muy original y agradable de ver.
Nuestro día completo en Málaga llegaba a su fin, y una nueva noche comenzaba, pero estábamos demasiado cansados como para pasar también una noche completa en Málaga. En nuestro camino para cenar, nos encontramos multitudes haciendo cola para pubs, discotecas y otros sitios. Esta vez decidimos que solamente queríamos comer algo, nada especial. Y, como el tema del día era dejarse llevar, pasamos por un típico restaurante americano. Bueno, no es realmente americano, pero hacen principalmente hamburguesas, etc. con una bonita decoración, como si estuvieras en la primera escena de la película de Pulp Fiction. La decisión fue realmente buena, ya que hacían la hamburguesa a nuestro gusto, con ingredientes para escoger.
Cuando volví a casa, me di cuenta de cuántas cosas había hecho en un solo día sin planes programados. Málaga es así. Siempre te sorprende. Cada día hay un montón de cosas interesantes que hacer y descubrir. Y entonces recordé por qué me encanta esta ciudad. ¡Todavía tiene el poder de sorprenderme!