Coronando el paisaje de la ciudad, el castillo de Gibralfaro se sitúa sobre el monte del mismo nombre. Desde el siglo XIII ha estado vigilando nuestra ciudad. En él puedes obtener las vistas más espectaculares de la ciudad y además aprender historias muy interesantes entre sus impresionantes muros. Definitivamente es una de las cosas que no te puedes perder en Málaga.
Su nombre es la mezcla de dos palabras: Gibral, del nombre árabe Jebel que significa Monte (igual que en Gibraltar), y Faro, que viene de la palabra griega Pharus, ya que se suponía que había aquí un faro en época fenicia.
El castillo fue construido por los musulmanes, que estaban instalados en Málaga desde el siglo VIII. Su edificación se convirtió en una necesidad ya que en el momento de su construcción (alrededor del año 1340), la pólvora había llegado a Europa y este punto era el lugar más débil en caso de una futura guerra contra los cristianos. La hermosa Alcazaba, una fortaleza-palacio, se había construido con anterioridad, pero se encontraba colina abajo y podía ser atacada fácilmente desde aquí.
Los cristianos se estaban acercando, y los territorios españoles gobernados por musulmanes iban disminuyendo. Esto fue un largo proceso que comenzó en el siglo X y que duró hasta la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492. Los musulmanes tenían que estar listos para la llegada de las tropas cristianas. No sólo construyeron el castillo sobre la cima del Monte de Gibralfaro, sino que lo conectaron a la Alcazaba de un modo original. Una doble muralla con un espacio grande entre ellas, llamada “Coracha“, que corre colina arriba con un trazado serpenteante.
La lucha no fue fácil. La batalla de Málaga era la más difícil realizada por las tropas cristianas en su conquista de la península ibérica. Esta batalla y la importancia que el castillo de Gibralfaro tuvo en ella quedan bien explicadas en la serie de TV “Asalto al Castillo por Dan Snow”.
Después de la conquista cristiana, el castillo de Gibralfaro fue muy importante para la defensa de Málaga. Existía una probabilidad de que los musulmanes atacaran Málaga desde el mar, por lo que mantuvo su función militar hasta el siglo XIX, cuando se realizó la siguiente vista.
De hecho, ayudó a defender la ciudad, pero no de los musulmanes, sino de las tropas de Napoleón. Al final, las tropas francesas invadieron Málaga y su ejército se alojó en el castillo hasta que dejaron la ciudad en 1814.
Si paseas por dentro del castillo te darás cuenta de que no hay demasiados edificios en pie. Esto es debido a la gran despedida que las tropas francesas dieron a Málaga. Hicieron explotar toda la pólvora almacenada en un depósito grande dentro del castillo, en caso de que la gente de Málaga quisiera perseguirlos en su huida.
Este sería el aspecto que el castillo tendría originalmente. Tenía varias viviendas para las tropas, un pozo para el abastecimiento de agua, la casa de la máxima autoridad y una mezquita. Incluso aunque no se puedan encontrar la mayor parte de ellos hoy en día, es muy agradable dar un paseo por el interior del castillo, así como andar sobre las murallas defensivas, obteniendo una vista de 360º de Málaga y su entorno.
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