En mayo de 2015 se han hecho posibles por fin las visitas a las cubiertas de la Catedral de Málaga, algo que ciudadanos y turistas agradecemos enormemente. Con esta iniciativa tenemos la posibilidad de disfrutar de la ciudad de otra manera, y esta vez desde uno de los edificios históricos que definen el perfil de Málaga.
La visita dura aproximadamente una hora, comenzando en la Plaza del Obispo, en el propio palacio del Obispo. Allí un guía nos acompaña en nuestro recorrido por las cubiertas, que comienza en el mismo patio de la Catedral. La ascensión se realiza a pie, en su primera parte realizada dentro de la torre norte (la única acabada) hasta un nivel intermedio. En este alto en el camino hay habilitado un balcón que mira al interior del edificio.
En este caso, nos encontramos en el nivel de la cornisa alta del interior, por lo que se pueden apreciar desde esa altura de las espectaculares vidrieras de la Catedral de Málaga. Las vistas ya desde este nivel hacia la ciudad son espectaculares, y el contacto directo y cercano con las piedras, algunas de casi cinco siglos de antigüedad, te hacen pensar la de acontecimientos que este monumento habrá visto a lo largo de su vida.
La subida continúa por la puerta lateral norte del monumento, que posee unos volúmenes circulares. Dentro, unas escaleras de caracol nos llevan al nivel superior, y es ahí donde podemos caminar por las cubiertas de la Catedral. La vista que se nos abre es espectacular, no sólo las de la ciudad, sino de uno de los secretos mejor guardados de la ciudad, las formas ondulantes de la cubierta hechas con ladrillo.
En la actual actuación arquitectónica sobre la Catedral de Málaga sólo se ha realizado la habilitación para poder facilitar la visita. Hace algunos años, se hizo una nueva cubierta del monumento sobre la existente que prácticamente copia la forma que existía y realiza una nueva capa superpuesta. Es una pena que esta reforma reciente ya se esté deteriorando y presentando algunas grietas. De hecho, esta solución de cubierta no es la originalmente diseñada para este edificio.
Al igual que la torre sur, inacabada al nivel de las cubiertas, la propia cubierta está inacabada. El proyecto original incluía un tejado a dos aguas para evacuar las aguas de lluvia, el cual nunca se realizó. Es por ello que existen problemas de filtraciones de agua desde su construcción, y que hoy en día vemos traducidos en las antiestéticas redes que nos impiden ver directamente la decoración interior de las bóvedas, y que sirven para evitar la posible caída de cascotes debido a las filtraciones.
Esperamos que se llegará a un arreglo lo más definitivo posible sobre este asunto. Mientras tanto, podemos disfrutar de estas formas ondulantes que nos recuerdan a veces a los tejados de la Casa Milá (La Pedrera) en Barcelona, de Gaudí. Pero en este caso, y a diferencia del edificio modernista, nos encontramos en un punto alto desde el que divisar la ciudad y el mar, tan cercano y tan lejano del centro a la vez, ya que en el casco histórico no se nota su presencia a no ser que subas a alguno de los miradores de nuestra ciudad.
La experiencia es del todo recomendable, y a la vez, a lo largo del recorrido, nuestra guía nos ilustra con interesantes historias sobre la Catedral de Málaga. Y si queréis tener la experiencia completa, te recomendamos acudir al atardecer, ya que es un punto ideal donde ver la puesta del sol en nuestra admirada ciudad.
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